domingo, 26 de mayo de 2013

Las 10 mejores obras de Pablo Picasso.

Maternidad (1901)

La imagen de la maternidad es una de las más características de la época azul de Pablo Picasso (1901-1904): Esta temática, tratada en diversos óleos, acuarelas y dibujos, le permitía al autor representar en la figura de la mujer la vida, como la de este cuadro, aparecen siempre volcadas amorosamente sobre sus hijos.

Aquí los tonos pastel acompañan la imagen de arrullo e inclinación hacia el bebé mientras lo amamanta, con un toque de melancolía. Predominan los colores pastel y tonos cálidos, de líneas suaves y delicadas, y la figura de la madre, con proporciones alargadas, recuerda la admiración de Picasso por El Greco.


El Guernica (1937)



El cuadro recrea el horror vivido en la ciudad vasca de Guernica, tras sufrir un bombardeo aéreo en plena guerra civil española. Es una de las obras más famosas del pintor español y una de las más reconocidas a nivel mundial.

Dentro de las figuras del cuadro se reproducen un total de seis personas y tres animales, donde se distingue un brazo con una flor que se interpreta como una luz de esperanza en medio de la desesperación. Cabezas cortadas, como símbolo de muerte de personas inocentes, con el llamativo rasgo de poseer ojos extremadamente abiertos, lo que puede ser por el asombro ante lo que estaba sucediendo y el sinsentido.

Los tres músicos (1921)



Es un óleo sobre tela pintado, del cual hizo dos versiones, que constituyen dos obras maestras de la historia del arte. Se inscriben en la fase del denominado “cubismo sintético”, y suponen una especie de despedida de este estilo.


Las obras están realizadas con la técnica del collage y  combinan fragmentos pegados y superficies  pintadas sobre la tela.  Durante este periodo, Picasso,  simplifica las   formas hasta  convertirlas en elementos geométricos planos con los que juega. El espectador percibe la síntesis de una mirada compleja (con  múltiples puntos de vista),  además del concepto  espacio y  tiempo, omnipresentes  en todos los cuadros cubistas.

La vida (1903)




El artista materializa los ideales humanistas, aún no corroídos por el veneno del escepticismo, y la fe en el hombre. Además, estas telas se caracterizan por la nobleza de la pura realización artística.

En ella se contraponen dos grandes temas conocidos. El de la pareja desnuda, de pie y enlazada, y el de la majestuosa maternidad pobre, cubierta con un manto y los pies desnudos. Dos personalidades tiernas y delicadas. Una relación que fue capaz de crear, en el hombre, un enamorado que le llevó al intento de asesinato y al suicidio, modelado por la pobreza, que aquí aparece como especie de retrato del dolor frente a la felicidad.


Las señoritas de Avignon (1907)


Está hecho mediante la técnica del óleo sobre lienzo. Este cuadro, marcó el comienzo del Periodo africano o Protocubismo, Imprime un nuevo punto de partida donde elimina todo lo sublime de la tradición rompiendo con el Realismo, los cánones de profundidad espacial y el ideal existente hasta entonces del cuerpo femenino, reducida toda la obra a un conjunto de planos angulares sin fondo ni perspectiva espacial, en el que las formas están marcadas por líneas claro-oscuras.


Dos de los rostros, los de aspecto más cubista,  se deben a la influencia del arte africano,  mientras los dos centrales son más afines a las caras de los frescos medievales y las primitivas esculturas ibéricas, el rostro de la izquierda presenta un perfil que recuerda las pinturas egipcias. Las señoritas de avignon es una obra perteneciente a las vanguardias pictóricas del siglo XX.

Retrato de Dora Maar (1937)





Engloba perfectamente todo lo que le dio de sí la personalidad humana: es un cuadro de una belleza misteriosa, de un estilo inconfundible que aúna el expresionismo inherente su característica cubista, que retrata a una de las mujeres de Picasso, de las muchas que amó y dejó de amar, de todas las que componen también un elemento consustancial a su vida. Dora Maar fue una de sus amantes más incondicional y a la que la relación con Picasso provocó un mayor grado de autodestrucción.





Arlequín acodado (1901)






Oleo sobre lienzo, perteneciente a la época azul. Esta etapa fue previa al cubismo, del que también fue precursor.


La  falta de libertad no solo son cadenas, también son esas miradas tristes y esa soledad que se siente en al reflejar tus ojos. ¿Y quien dijo que no se siente solo aunque haya mil asistentes en este circo?



Bañista sentada a la orilla del mar (1930)







Oleo sobre tela finamente detallado. La idea fue romper con la profundidad espacial y la forma de representación  ideal del desnudo femenino, reestructurándolo por medio de líneas y planos cortantes y angulosos, logrando así una ruptura con los modelos clásicos tradicionales.


Craneo de buey (1942)



En el cuadro, podemos ver una ventana bordeando la pintura. Al exterior de esta ventana es la noche porque es negro, oscuro. Y al interior hay una mesa con un cráneo de buey. Los elementos del cuadro son compuestos por formas geométricas, pero el decorado es formado por líneas verticales y horizontales y el cráneo se compone de formas triangulares y redondas.

Picasso pintó este cuadro durante la segunda guerra mundial que le conmovió profundamente, quiere mostrar que se encuentra en una situación de espera entre la muerte y la vida, no existe realmente y está impotente frente a la guerra.



Desayuno en la hierba (1932)





En su izquierda, una mujer se mantiene alineada a lo largo del cuadro. Ambos miran la composición. Se  observa una modelo posando desnuda. La bañista del fondo se ha alejado. Los personajes y la pintura han tomado el poder. 

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